Sostenibilidad con enfoque humano

Por Fernando Vera, PhD

Tras 35 años del Informe Brundtland, que contribuyó a generalizar el concepto de desarrollo sostenible, entendido como el desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad de generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades, todo indica que los aprendizajes no han sido transformativos, pues la calidad de vida de las personas ha ido empeorando, especialmente, en países en vías de desarrollo. De hecho, estamos viviendo una época en la que el desafío de construir un futuro sostenible para la raza humana nunca se había sentido tan abrumador. Además, es muy fácil mirar las amenazas que actualmente enfrentamos: cambio climático, crisis de la biodiversidad, agitación social, aumento de la desigualdad, etc. También resulta fácil constatar que las soluciones parecen no encontrarse en las innovaciones tecnológicas, en los técnicos ni en los cursos específicos de sostenibilidad, que fragmentan la realidad, pues durante 35 años hemos estado hablando de lo mismo, sin observar cambios transformativos en las prácticas de la población.

Esto no quiere decir que dichos enfoques no tienen un papel clave que desempeñar en la creación de una sociedad más sostenible. Ciertamente lo tienen, siempre y cuando tengan una mirada sistémica, centrada en la persona. Pero, en este momento, quienes apalancamos cambios transformativos en la sociedad, nos hacemos otras preguntas: ¿Cómo nos aseguramos que en las decisiones clave de una organización, como visión y misión, participen todos? ¿Cómo ayudamos a construir una cultura en la que la sostenibilidad se considere activamente en todos los niveles de una organización, grupo, comunidad o red? Con esta propuesta, ¿a quiénes te diriges? ¿Cómo acercamos la sostenibilidad a nuestros niños en un lenguaje que entiendan? ¿Cómo promovemos el florecimiento humano más que el frío y comercial enfoque de la prosperidad? ¿Cómo flexibilizamos los recursos que necesitamos y los redistribuimos rápidamente a las personas en respuesta a nuevas amenazas y oportunidades?, etc.

Ahora, si revisamos el discurso de los medios y columnistas sobre temas relacionados con la sostenibilidad, fácilmente nos encontraremos con soluciones técnicas, relacionadas con el agua, la economía circular, etc., aplaudidos por muchos, sin observarse un cuestionamiento crítico (léase pensamiento crítico) y sin un foco en la persona, como agente de cambio. De hecho, al realizar un análisis de contenido, la palabra persona no es un concepto recurrente en dichos discursos. Esto también significa que aquí existe una oportunidad potencial para que las empresas y profesionales que tradicionalmente han operado en el espacio de asesoría en sostenibilidad o en la academia, asuman un papel más activo, con foco en el florecimiento humano, como plantea críticamente John Ehrenfeld.

Es más, observamos muy frecuentemente que la sostenibilidad es considerada por muchos como un resultado, es decir, una situación tangible que hay que  alcanzar, en lugar de un proceso como «cambio transformativo» o «aprendizaje gestionado». Por lo mismo, en REDIIE adscribimos a la Sostenibilidad como florecimiento humano, que cubre varios temas que son fundamentales para el bienestar humano, como la felicidad misma, la virtud, la comunidad religiosa, el significado, la ética y el propósito. Esta perspectiva más holística es la que vemos se está apalancando desde la Universidad de Harvard y algunas corporaciones como Miicrosoft. En Chile, somos la única organización que promueve este potente concepto, que  entiende la sostenibilidad como una medida de la relación entre la comunidad como aprendices permanentes y sus entornos, en lugar de una meta diseñada externamente para ser alcanzada.

En este contexto, este proceso debe implicar la construcción de relaciones sostenibles entre las personas y entre las personas y su entorno ¿Cómo se logra? Para ello, se requiere desarrollar sociedades de aprendizaje, organizaciones de aprendizaje e incluso ciudades de aprendizaje, capaces de adaptarse a la retroalimentación crítica y de mejorar la toma de decisiones, a través del diálogo, el intercambio de información, la comunicación y la comprensión, en su conjunto. Lamentablemente, con un enfoque centrado en la prosperidad, vemos pocas o nulas posibilidades de cambios transformativos. Por el contrario, el foco debiera estar en el florecimiento humano, como plantea sabiamente John Ehrenfeld a quien tendremos de invitado al Webinar internacional «Sustainability-as-Flourishing: Infusiing new skills for a sustainable future».

Fernando Vera, PhD
Doctor en Ciencias de la Educación; Master en Currículum y Evaluación; Master en Gestión Educacional; Master en Tecnología, Aprendizaje y Educación; Diplomado en Gestión de Sostenibilidad Corporativa; Doctorando por Universidad del País Vasco (UPV-EHU), España; Consultor internacional, Fundador y CEO de REDIIE (Chile). Cuenta con estancias académicas en Zhejiang Gongshang University (China), Edusoft (Israel) y Universidad EAFIT (Colombia).

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