Pensamiento crítico en las organizaciones modernas

Si miramos a nuestras organizaciones, desde afuera, y, al mismo tiempo, cuestionamos su funcionamiento y desempeño significa que tenemos la capacidad de pensar críticamente. Podríamos hacer preguntas, tales como: ¿Qué aporta esta decisión al bienestar del personal? ¿Cómo se toman las decisiones? ¿Por qué el turnover rate (tasa de rotación de personal) es tan alto? ¿Cómo se han completado ciertos cargos? ¿Cuántas personas han pasado por ese mismo cargo en los últimos dos años? ¿Se materializan 100% las declaraciones corporativas en la práctica? ¿Cuántos cargos se han creado para cumplir, a último hora, con ciertos estándares? ¿Hay nepotismo o amiguismo que podrían perjudicar procesos de acreditación? ¿Las personas en ciertos cargos tienen tanto competencias técnicas cómo genéricas? ¿Cuál es la experiencia previa, en el mismo cargo de tal persona? ¿Cómo está el clima organizacional? ¿Adhiero a la visión corporativa?, ¿Se realiza evaluación de desempeño, con expertos externos?, etc.

Estratégicamente, las respuestas que encontremos a nuestras preguntas nos darán luces sobre el estado actual de nuestra organización y sobre cómo ésta se adapta a las circunstancias imprevistas y responde de manera ágil y proactiva. O, más concretamente, si nuestra organización cuenta con personas ágiles, proactivas yadaptables, capaces de ver formas creativas e innovadoras de resolver problemas y enfrentar desafíos. Ahora bien, cegarnos a los hechos organizacionales y no actuar, de alguna forma, significa que no pensamos en forma crítica, pues ni analizamos, ni proponemos. Por el contrario, si somos pensadores críticos, donde sea que miremos encontraremos oportunidades para contribuir con soluciones innovadoras al cambio organizacional. Siempre habrán cuestiones apremiantes que nos motivarán a actuar.

A modo ilustrativo, como académico, procuro entregarles a mis estudiantes herramientas o andamiajes esenciales para ayudarlos a pensar críticamente, que, sin duda, les servirán para enfrentar mejor este mundo tan complejo que estamos viviendo. Me gusta que mis estudiantes aprendan a establecer relaciones conceptuales, aprovechen sus experiencias previas, crucen fronteras y logren crear soluciones innovadoras y sostenibles. Por lo mismo, me esfuerzo en abordar cualquier nuevo tema, desde una perspectiva holística y sistémica, pues soy contrario a las miradas fragmentarias y seriales de la realidad. En este contexto, una de las competencias más invaluables que podemos desarrollar en nuestros estudiantes (futuros agentes de cambio en las organizaciones) es el pensamiento crítico, que convierte a las personas en líderes ágiles, proactivos y adaptables.

A nivel global, las organizaciones modernas son conscientes de que el pensamiento crítico es vital para su éxito. De hecho, en nuestro día a día profesional, tomamos cientos de decisiones: Lanzar un nuevo producto o servicio, convocar a una reunión, construir relaciones profesionales, contratar a nuevos colaboradores, re-estructurar la plana directiva, reducir costos, promocionar un nuevo producto y así sucesivamente. Por cierto, todas estas decisiones necesitan diferentes direcciones de pensamiento, que pueden ser creativas, críticas o una combinación de ambas.

Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en organizaciones, más allá de mis fronteras, observo una suerte de adoctrinamiento en algunas organizaciones locales, específicamente chilenas. En efecto, en algunas Instituciones de Educación Superior (IES) chilenas, que son las que más conozco, observo una brecha importante en materia de pensamiento crítico, en todos los niveles de la organización. En algunos casos, incluso hay colegas que no se atreven a opinar fuera de la caja. En realidad, si dejamos fuera las historias y experiencias personales o limitamos a quienes trabajan con nosotros sobre lo que se puede decir o hacer, no sólo creamos miedo, sino tampoco nos damos la oportunidad de escuchar ni aprender de las experiencias reales de las personas que piensan distinto a nosotros. De hecho, el miedo afecta nuestra capacidad creativa e innovadora y, además, limita nuestra autonomía y capacidad para autorrealizarnos, como personas y profesionales y así lograr felices en todo lo que hacemos en nuestro trabajo.

Pero, ¿qué significa el pensamiento crítico, a nivel corporativo? El pensamiento crítico significa que somos capaces de pensar por nosotros mismos, ver las causas fundamentales de los problemas, innovar, tomar riesgos y ser creativos. En otras palabras, nos sumergimos profundamente en los problemas, buscando perspectivas para llegar a soluciones sostenibles y que se enmarquen no sólo en nuestros esquemas mentales, sin también respondan a la realidad de nuestra organización. Como pensadores críticos siempre optaremos por nuestro bienestar general, pues procuramos controlar diversas variables contextuales. Pero, para pensar, en forma crítica, necesitamos autonomía – una cuestión descendida en algunas organizaciones locales, especialmente educativas.

En síntesis, el pensamiento crítico es la competencia clave del siglo XXI que nos permite desarrollar muchas otras competencias clave en las organizaciones modernas, incluyendo liderazgo, resolución de problemas, trabajo en equipo, toma de decisiones e inteligencia emocional, entre muchas otras, la cuales, en su conjunto, apalancan nuestra creatividad, innovación, agilidad, proactividad y adaptabilidad para resolver problemas e innovar en temas que los demás no ven o no se atreven a desarrollar. En este contexto y considerando nuestra formación y experiencia internacional, en REDIIE hemos creado el I Congreso Internacional de Pensamiento Crítico en la Educación Superior (CIPCES 2023), a efectuarse el 26 y 27 de enero de 2023e, en modo virtual desde Chile.

Fernando Vera, PhD. Doctor en Ciencias de la Educación; Master en Administración y Gestión Educación; Master en Currículum y Evaluación; Master en Tecnología, Aprendizaje y Educación. Fundador y CEO de la Red Internacional de Investigadores en Educación (REDIIE). Cuenta con estancias académicas en Zhejiang GongShang University (China), EduSoft (Israel), Universidad EAFIT (Colombia), Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Zamora (México) e Instituto Tecnológico de Jiquilpan (México), ambas IES pertenecientes al Tecnológico Nacional de México (TEcNM) – el tecnológico más grande de México y América Latina. Actualmente, doctorándose con mención internacional por la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV-EHU), España.

Contacto: fernandovera@rediie.cl / Sitio web profesional

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